Café Perú

El clima y la geografía de Perú desempeñan un papel crucial en la calidad del café. El país cuenta con una geografía diversa, que incluye la cordillera de los Andes, la selva amazónica y la costa del Pacífico. Estas diferentes regiones ofrecen una variedad de microclimas y altitudes que son ideales para el cultivo del café.

Las montañas de los Andes proporcionan una altitud y temperatura óptimas para el cultivo del café. Las plantas de café crecen mejor a altitudes entre 1,200 y 2,000 metros sobre el nivel del mar, donde las temperaturas son más frescas y las condiciones son ideales para el desarrollo de los sabores y aromas característicos del café peruano.

Además, el suelo y el agua desempeñan un papel importante en la producción de café. El suelo volcánico de las montañas de los Andes es rico en nutrientes y proporciona las condiciones ideales para el crecimiento de las plantas de café. El agua de los ríos y arroyos de montaña también es esencial para el riego de los cultivos y contribuye a la calidad del café.

En Perú se cultivan varias variedades de café, siendo las más comunes el Typica, Bourbon y Caturra. Estas variedades son conocidas por sus sabores suaves y equilibrados, con notas de chocolate, caramelo y frutas tropicales.

El café peruano destaca por su diversidad y biodiversidad. En muchas fincas cafetaleras, se cultivan diferentes variedades de café en la misma parcela, lo que contribuye a la complejidad y riqueza de los sabores. Además, la diversidad de plantas y animales en las fincas cafetaleras promueve la salud del ecosistema y ayuda a proteger el medio ambiente.

El proceso de cultivo y cosecha del café en Perú es laborioso y requiere de cuidado y atención. Una de las prácticas más importantes es la recolección manual de las cerezas de café. Esto garantiza que solo se seleccionen las cerezas maduras y se evite la mezcla de granos de diferentes niveles de madurez.

Además, el café peruano se cultiva en sombra, lo que significa que se cultiva bajo la sombra de árboles más altos. Esta práctica ayuda a proteger las plantas de café de la luz solar directa y proporciona un ambiente más fresco y húmedo, lo que contribuye a la calidad del café.