- Cultura del Café
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Los que somos amantes del café sabemos que muchas son las variables que influyen en la obtención de un buen café. En otros posts ya hemos hablado de cuán importante es la materia prima y, a pesar de haber calificado este aspecto como una cuestión de gustos, el escoger un origen u otro, o un blend determinado, es cierto que resulta básico para el disfrute de nuestra bebida preferida, pero no lo único a tener en cuenta. Además de la materia prima, otro tipo de factores como la molienda, la forma de preparar el café (en función de la dosis, el prensado o tamping, o el tiempo de extracción), así como cuestiones como la limpieza y el mantenimiento de la cafetera, el agua empleada y la elección del vaso o la taza adecuados, constituyen todo un engranaje de componentes que, bien ensamblados, dan lugar al café perfecto. Pero, ¿cuánto de importante es la taza o el vaso empleados?
¿Puede interferir el recipiente o taza elegida en el sabor y aroma de mi café?
La respuesta a la pregunta anterior es que sí. El recipiente no juega un papel de mero continente. Aspectos como el material, la forma y el tamaño son factores importantes, muy a tener en cuenta, con vistas a:
Servir café con una buena presentación
Forma parte del atractivo de cualquier comida o bebida la forma en que ésta se nos presenta, y ya sabemos que a las personas todo nos entra por los ojos. Aunque parezca extraño, saber elegir la taza o el vaso adecuados nos permite realzar el color y los matices visuales del café. Un buen tacto también contribuye a nuestro bienestar y el conjunto en sí propicia un efecto llamativo, una invitación a nuestros sentidos a tomar el café.
Potenciar el sabor y el aroma de nuestro café
Una mala elección del recipiente puede interferir en sus características organolépticas, lo que implicará que no le saquemos el máximo partido.
Material de las tazas de Café
No es lo mismo emplear porcelana, cerámica, vidrio o plástico que cartón. El material es un aspecto importante porque influye directamente en la conservación del café, ya que presenta un impacto directo en su estabilidad térmica. Emplear un buen material es imprescindible para degustar al máximo nuestras càpsulas de café, como también nuestro café en grano o molido. El material más empleado es la porcelana. Posee la capacidad de perder calor a una velocidad mucho más lenta que otros materiales, manteniendo nuestra bebida a la temperatura apropiada durante bastante más tiempo. Esto conlleva que podamos apreciar la escala de matices aromáticos y de sabores adecuadamente. Además, la porcelana evita que nos quememos al asir la taza, porque entre sus propiedades está la cualidad de retener el calor en el interior. Es un hecho frecuente, que podemos comprobar por nosotros mismos al visitar un bar, un restaurante o una coffee shop, que las tazas y los vasos están apilados encima de las cafeteras. No creáis que es algo fortuito, no; se pretende con ello aprovechar el calor que desprenden estas máquinas para tener los recipientes calientes y evitar así que, en el proceso de equilibrio térmico que tiene lugar al verter la bebida en el recipiente, el café, que tiende a enfriarse, pierda el mínimo posible de temperatura. Otro material que suele emplearse de manera recurrente es el vidrio o cristal transparente. Suele usarse sobre todo en preparados a base de café, porque presentan la ventaja de ser transparentes y, por tanto, permiten visualizar los diferentes componentes de la elaboración. Así, por ejemplo, ocurre con los lattes, donde se exhibe el contraste de capas y colores. Y también es el caso de los vasitos pequeños, tan populares y reconocibles, donde se sirven los cafés espressos, por cuanto posibilitan apreciar mejor la crema y la emulsión del café “solo”, así como de los cafés enriquecidos con licores o con leche condensada, el tradicional bombón.
La forma
La forma del recipiente tiene un efecto directo en la transmisión del aroma. Parece que dos de los aspectos que más influyen en ello son el espacio de cabeza y el ángulo de inclinación. Con un espacio de cabeza grande la intensidad aromática percibida por nuestra nariz es mayor. Dicho con otras palabras: nuestro olfato se llena del aroma del café más fácilmente con un recipiente de boca ancha. En relación al ángulo de inclinación, sobre todo si es amplio, favorece la percepción del aroma, porque contribuye a que éste se extienda más cómodamente. Con esto no queremos decir que, si el espacio de cabeza es estrecho, el recipiente no sea el adecuado. Hay estudios que evidencian que en función del tipo de café y de la cualidad sensorial que se quiera potenciar, el tamaño del espacio de cabeza en un sentido u otro nos permitirá hacerlo. Así pues, la forma también influye en el sabor. Si nos fijamos en el área de la superficie del líquido, cuanto más grande sea ésta, mayor será el grado de exposición al aire, y esto implica también mayor oxidación, lo que tiene una repercusión directa, según apuntan ya algunos estudios, en acentuar el dulzor y el cuerpo del café. Con un grado de oxidación más bajo, esto es, recipientes más estrechos, resultará potenciada la acidez.
El tamaño
En relación con el tamaño, la altura y el diámetro de la taza (o el vaso) repercuten en el sabor y el aroma, y es que la geometría del recipiente está directamente relacionada con la conservación de la temperatura. Según el tipo de café, y en función de la cantidad de líquido que se quiere albergar, será más adecuado emplear un tamaño u otro. Debe de primar, en todo caso, la conservación de nuestra bebida y esto vendrá dado por el volumen que ésta ocupe. Si el tamaño importa, ¿qué recipiente debo elegir para servir mi café? Es importante escoger bien el vaso o la taza según el tipo de café. En el mercado hay infinidad de diseños, un gran abanico de posibilidades. Hacemos mención de algunas de ellas.
Que capacidad tiene una taza de café
Tazas de porcelana. Dentro de la vajilla hecha a base de porcelana solemos encontrar tazas de diferentes tamaños: - La taza pequeña, todo un clásico, empleada mayoritariamente para degustar el espresso o, en su versión más corta, el ristretto. Siempre va acompañada del platito y suele tener una capacidad de entre 40-60 ml. Puede presentar un diseño recto, elíptico, cónico o de trompeta, entre otros. -La taza grande es adecuada para el café combinado con leche, como el capuccino o el café latte. Suele poseer una capacidad aproximada de 150-200 ml. La ventaja que presentan las tazas es que disponen de asa, lo que evita quemarnos al agarrarlas. Tazas de cerámica. La más popular y asentada es la denominada taza tipo mug. Se trata de la clásica taza de café blanca de cerámica, cilíndrica, alta (suele medir unos 10 cm) y de gran capacidad volumétrica (alrededor de unos 330 ml). Este tipo de tazas se emplea para café de filtro, estilo americano, o para servir el café con leche. Vasos, tazas o jarras de vidrio o cristal. Estos materiales presentan la desventaja de que pierden calor más rápidamente, lo cual es un punto a favor de su uso en verano, cuando evitamos tomar caliente el café. Por eso se emplean asiduamente en esta estación del año para elaboraciones de café frías. Como punto a su favor (ya lo apuntábamos anteriormente) es que tanto el vidrio como el cristal transparente nos permiten ver el interior de la bebida y, por tanto, podremos disfrutar mejor del espectáculo del café: cómo se va formando esa crema densa tan característica, la emulsión del líquido resultante y las diferentes coloraciones. También en los combinados a base de café, el vidrio nos descubre todos los colores y las texturas. Esto, sin lugar a dudas, es un atractivo para los consumidores.
¿Qué clase de recipientes existen?
- El vaso pequeño. Ya hemos hecho mención a él. Muy extendido, sobre todo en los bares. Con un volumen que no suele sobrepasar los 80 ml. Se usa mucho para servir cafés espressos, y combinados con licor, como el típico carajillo, el bombón sencillo o “tocado” de brandy, lo que se conoce como café Belmonte. -El vaso alto de vidrio (o tazas grandes de cristal o vidrio). Los vasos cilíndricos, tipo tubo de boca ancha son muy utilizados en los cafés lattes y en todas sus variantes de colores y sabores. Tienen una gran capacidad y realzan la espuma o nata. Las tazas también son muy empleadas en este tipo de preparaciones. La variedad de tamaños es diversa. - El vaso o jarra de café irlandés. Este recipiente tiene forma de jarra. Su capacidad es intermedia entre el vaso y la taza grandes. Presenta una base característica y está diseñado para servir el café irlandés y otras recetas de café similares. Como habéis podido comprobar, existe una gran variedad de tazas y vasos para elegir. Si sois unos auténticos apasionados del café y os gusta apreciar al máximo la intensidad de su sabor y todos sus aromas, elegid como recipiente la taza adecuada para degustarlo. Guardad el vaso de cristal o vidrio para tomar cafés más suaves, atemperados y para combinaciones a base de café.